Cacho Castaña era un seductor nato. Un galán por el que suspiraban muchas mujeres, y él sabía aprovechar su sex appeal. Tuvo muchas parejas, algunas oficiales, otras secretas, unas duraron años y otras, apenas meses. Se casó cuatro veces y una de ellas fue a través del rito Umbanda. Fue a principios de los ‘80, con la entonces vedette Selva Mayo que trabajó junto a Gerardo Sofovich, Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Darío Vittori, Luis Landriscina, Juan Verdaguer. Ella era la chica del momento, y él un cantante que ya tenía éxitos como “Café la humedad”, “Quieren matar al ladrón”, “Para vivir un gran amor” o “Lo llaman el matador”.